viernes, 25 de febrero de 2011

UN ARTÍCULO PARA REFLEXIONAR DE WWW.RELIGIONENLIBERTAD.COM


Cuántos protestones hay en la Iglesia católica
  De José Alberto Barrera
Decía Georges Bernanos hablando de la Iglesia que de ella lo había obtenido todo, y que nada podía llegarle si no era a través de ella, y con ello definía algo que es el común sentir de todo católico de bien, que no es otro que saberse hijo de la Iglesia e ir a donde ella le lleve.
La Iglesia, como toda familia, tiene gente de todo tipo dentro, y como buenamadre que es, se esfuerza por preservar la unidad de sus hijos, haciendo a veces gala de una paciencia infinita en su papel de también ser maestra, enseñando y corrigiendo como fiel guardadora que es del depositum fidei.
Cualquiera que viva una eclesiología sana y bien fundada sabe el papel de autoridad y guía que la Iglesia tiene- a través de sus legítimos pastores- en el desempeño de su perenne misión entre los hombres y en todo lo concerniente a la fe.
Eso sí, basta caminar un tiempo en la Iglesia para darse cuenta de que una cosa es el oficio y otra la persona, por lo que encontrarse con gente que es una auténtica prueba es el pan nuestro de cada día, y a nadie debe escandalizar eso si se tiene el suficiente sentido común para entender la pasta de la que está hecha nuestra débil humanidad.
Por eso mismo me sorprenden las ganas de quejarse de todo que a veces  se respiran en la Iglesia, pues aunque no seamos protestantes en el sentido de romper con Roma, muchas veces nos quedamos dentro siendo unos auténticos protestones más papistas que el papa.
Ya sea por exceso o por defecto, por consevadurismo o por progresismo eclesial, a veces uno se pregunta dónde queda la visión sobrenatural de saber que Dios ya lo sabía todo cuando decidió establecer la Iglesia, y que cuenta con nuestra humanidad como parte de ella, y que a fin de cuentas es su Espíritu Santo quien la gobierna, por más que los hombres nos empeñemos en no hacerle ni caso y no escuchar su voz.
Pensando en todo esto me acordaba de la parábola del hijo pródigo, en la que quien parecía el hijo obediente resultaba ser el más distante del padre, por más que se hubiera quedado en la casa a diferencia del hermano de vida disoluta.
En el fondo era un protestón, que cumplía la voluntad de su padre, pero sin amar a su padre, demostrándonos que en esto de vivir en cristiano, todos corremos el peligro de creernos justificados a la primera de cambio, olvidándonos de lo traicionera que es la soberbia de vida que nos lleva a creernos que sabemos más que nuestro padre.
Al menos a mí me pasa constantemente, y a Dios le pido un corazón distinto, que por un día deje de protestar por todo y de querer que se hagan las cosas a su manera, porque al final lo que más descansa es hacer las cosas a la manera de Dios...

jueves, 24 de febrero de 2011

REUNIÓN MENSUAL DE CÁRITAS PARROQUIAL DE ARES

El pasado sábado tuvo lugar la reunión mensual del grupo de Cáritas parroquial de Ares que comprende las parroquias de Ares, Lubre y Cervás. Después de leer el acta de la reunión anterior, se revisaron los casos que se están atendiendo y los nuevos que surgieron en el último mes y a continuación se habló de la conferencia que se organizará este curso sobre un tema de sensibilización social. También se dio la bienvenida a la nueva incorporación, Concha Martínez. En las fotografías siguientes vemos a los componentes de dicha Cáritas y a su director D. Ángel Barreiro (en la mesa).



miércoles, 23 de febrero de 2011

23 DE FEBRERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SAN POLICARPO, OBISPO Y MÁRTIR


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

Como un sacrificio enjundioso y agradable

De la carta de la Iglesia de Esmirna sobre el martirio de san Policarpo

(Cap. 13,2-15,2: Funk 1,297-299)
Preparada la hoguera, Policarpo se quitó todos sus vestidos, se desató el ceñidor e intentaba también descalzarse, cosa que antes no acostumbraba a hacer, ya que todos los fieles competían entre sí por ser los primeros en tocar su cuerpo; pues, debido a sus buenas costumbres, aun antes de alcanzar la palma del martirio, estaba adornado con todas las virtudes.
Policarpo se encontraba en el lugar del tormento rodeado de todos los instrumentos necesarios para quemar a un reo. Pero, cuando le quisieron sujetar con los clavos, les dijo:
«Dejadme así, pues quien me da fuerza para soportar el fuego me concederá también permanecer inmóvil en medio de la hoguera sin la sujeción de los clavos.»
Por tanto, no le sujetaron con los clavos, sino que lo ataron.
Ligadas las manos a la espalda como si fuera una víctima insigne seleccionada de entre el numeroso rebaño para el sacrificio, como ofrenda agradable a Dios, mirando al cielo, dijo:
«Señor, Dios todopoderoso, Padre de nuestro amado y bendito Jesucristo, Hijo tuyo, por quien te hemos conocido; Dios de los ángeles, de los arcángeles, de toda criatura y de todos los justos que viven en tu presencia: te bendigo, porque en este día y en esta hora me has concedido ser contado entre el número de tus mártires, participar del cáliz de Cristo y, por el Espíritu Santo, ser destinado a la resurrección de la vida eterna en la incorruptibilidad del alma y del cuerpo. ¡Ojalá que sea yo también contado entre el número de tus santos como un sacrificio enjundioso y agradable, tal como lo dispusiste de antemano, me lo diste a conocer y ahora lo cumples, oh Dios veraz e ignorante de la mentira!
Por esto te alabo, te bendigo y te glorifico en todas las cosas por medio de tu Hijo amado Jesucristo, eterno y celestial Pontífice. Por él a ti, en unión con él mismo y el Espíritu Santo, sea la gloria ahora y en el futuro, por los siglos de los siglos. Amén.»
Una vez que acabó su oración y hubo pronunciado su «Amén», los verdugos encendieron el fuego.
Cuando la hoguera se inflamó, vimos un milagro; nosotros fuimos escogidos para contemplarlo, con el fin de que lo narrásemos a la posteridad. El fuego tomó la forma de una bóveda, como la vela de una nave henchida por el viento, rodeando el cuerpo del mártir que, colocándose en medio, no parecía un cuerpo que está abrasándose, sino como un pan que está cociéndose, o como el oro o la plata que resplandecen en la fundición. Finalmente, nos embriagó un olor exquisito, como si se estuviera quemando incienso o algún otro preciado aroma.

ORACIÓN
Dios de todas las criaturas, que te has dignado agregar a san Policarpo, tu obispo, al número de los mártires concédenos, por su intercesión, participar con él en la pasión de Cristo, y resucitar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 22 de febrero de 2011

22 DE FEBRERO: FIESTA DE LA CÁTEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA FIESTA

San León Magno, papa

(Sermón 4 en el aniversario de su consagración episcopal, 2-3; PL 54,149-151)
De todos se elige a Pedro, a quien se pone al frente de la misión universal de la Iglesia, de todos los apóstoles y los Padres de la Iglesia; y, aunque en el pueblo de Dios hay muchos sacerdotes y muchos pastores, a todos los gobierna Pedro, aunque todos son regidos eminentemente por Cristo. La bondad divina ha concedido a este hombre una excelsa y admirable participación de su poder, y todo lo que tienen de común con Pedro los otros jerarcas, les es concedido por medio de Pedro.
El Señor pregunta a sus apóstoles qué es lo que los hombres opinan de él, y en tanto coinciden sus respuestas en cuanto reflejan la ambigüedad de la ignorancia humana.
Pero, cuando urge qué es lo que piensan los mismos discípulos, es el primero en confesar al Señor aquel que es primero en la dignidad apostólica. A las palabras de Pedro: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, le responde el Señor: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Es decir: «Eres verdaderamente dichoso porque es mi Padre quien te lo ha revelado; la humana opinión no te ha inducido a error, sino que la revelación del cielo te ha iluminado, y no ha sido nadie de carne y hueso, sino que te lo ha enseñado aquel de quien soy el Hijo único».
Y añade: Ahora te digo yo, esto es: «Del mismo modo que mi Padre te ha revelado mi divinidad, igualmente yo ahora te doy a conocer tu dignidad: Tú eres Pedro, que soy la piedra inviolable, la piedra angular que ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, yo, que soy el fundamento, fuera del cual nadie puede edificar, te digo a ti, Pedro, que eres también piedra, porque serás fortalecido por mi poder de tal forma que lo que me pertenece por propio poder sea común a ambos por tu participación conmigo».
Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. «Sobre esta fortaleza -quiere decir- construiré el templo eterno y la sublimidad de mi Iglesia, que alcanzará el cielo y se levantará sobre la firmeza de la fe de Pedro».
El poder del infierno no podrá con esta profesión de fe ni la encadenarán los lazos de la muerte, pues estas palabras son palabras de vida. Y del mismo modo que lleva al cielo a los confesores de la fe, igualmente arroja al infierno a los que la niegan.
Por esto dice al bienaventurado Pedro: Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
La prerrogativa de este poder se comunica también a los otros apóstoles y se transmite a todos los obispos de la Iglesia, pero no en vano se encomienda a uno o que se ordena a todos; de una forma especial se otorga esto a Pedro, porque la figura de Pedro se pone al frente de todos los pastores de la Iglesia.

ORACIÓN
Dios todopoderoso, no permitas que seamos perturbados por ningún peligro, tú que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 18 de febrero de 2011

UN ARTÍCULO PARA REFLEXIONAR DE WWW.RELIGIONENLIBERTAD.COM

José Alberto Barrera

Dureza de corazón…de la que escuece 
Me voy a la cama pensando en qué será que tenemos las personas, y en especial los miembros de la Iglesia, que a veces hacemos la vida tan difícil a los que nos rodean.
Igual que Hobbes, quien se hizo eco de ese adagio latino que dice que el hombre es un lobo para el hombre,  a veces me pregunto por qué en la Iglesia, sin llegar a lobos, somos muchas veces una piedra de tropiezo más que una ayuda para los demás.
En mi paseo nocturno me acordaba del corazón del Cristo de las novelas de Giovanni Guareschi, siempre misericordioso, siempre paciente y nunca falto de buen humor e incluso cierta sorna ante las boutades de ese noble corazón que gastaba el bueno de don Camilo.
Qué diferente de los corazones que tenemos nosotros, siempre dispuestos a criticar, a buscar la división, a encontrar la falta en el hermano, como si con eso fuéramos a ganar algo y dormir más tranquilos y en paz.
Jesús llegó a llorar por la dureza de Jerusalén, viendo la deriva de perdición en la que ella misma se escoraba, por no querer escuchar ni a Dios, ni a los profetas, ni siquiera al hijo del dueño de la vid, a quien acabaría matando.
Y la historia se repite día tras día, en cada corazón, en cada grupo y en cada comunidad. Y así lo reflejamos después en nuestra familia, en nuestras amistades y en nuestra sociedad, sin que el número de horas de oración o de comuniones recibidas parezca  ablandar ni un milímetro esa esclerosis de dureza que nos invade.
Y esa dureza es la que me escuece hoy, la que se vive en la Iglesia- la mía y la de los otros- porque deja un mal sabor de boca que no se puede atenuar con las mil razones que cada cual esgrime en un intento inútil de tener la razón y quedar un peldaño por encima del otro.
Me pregunto cuántas carencias que lamentamos en la Iglesia estarán causadas, simple y llanamente, por esta carcoma del alma que nos aqueja, cuyos efectos padecemos y  tantísimas veces nos hemos ganado a pulso.
Me dirán que somos pecadores, que está en la naturaleza - caída eso sí- de las cosas; que tampoco hay que ponerse así…pero, ¿quién tiene en cuenta el escándalo que con todo esto causamos a los pequeños, a los que sufren, a los pobres, y a los que buscan?
Cada hora de discutir teologías enfrentadas y de descalificar a los de dentro, es una hora perdida para la gloria de Dios y la salvación de los hombres, que podríamos estar dedicando a cosas más productivas en términos de vida eterna.
Cada minuto de oración egoísta, de la que busca la propia perfección y el propio gusto, es un minuto desperdiciado en buscarnos a nosotros mismos que al final del día se vuelve para acusarnos de ser unos obesos espirituales, engordados con la autocomplacencia de sentirnos justificados, como un fariseo más.
Cada segundo sin perder la vida, los esquemas, los bienes y nuestro tiempo, no es sino un segundo más de tristeza que tendremos el día que comoOscar Schindler en la película de Spielberg, descubramos que podíamos haber hecho mucho más.
Y así pasan los días, impermeables a la lluvia de la gracia, inmunizados contra la bondad de Dios, insensibles al dolor de los demás e incapaces de dar a torcer el brazo, como si tuviéramos algo que mereciéramos por nosotros mismos, y quisiéramos protegerlo de los que roban el cuerpo, la propia estima, la fama o posición social.
¡Cuánto escuece la dureza! La que uno tiene por dentro, y la que demuestra a los demás. La que sufre de los otros y la que a veces circula inadvertida por el propio corazón…
Esto es lo que rumiaba en mi corazón esta noche paseando, pensando en la Iglesia y en la misericordia de Dios.
Ojalá cada día Él nos dé, por medio de su Espíritu, la gracia de ablandarnos un poco, para así parecernos un poco más a su corazón…
José Alberto Barrera

martes, 15 de febrero de 2011

GRUPO DE PASTORAL DE LA SALUD DE ARES

Grupo de Pastoral de la Salud de Ares

El pasado 11 de febrero, jornada mundial del enfermo, el grupo de Pastoral de la Salud de Ares realizó los diferentes ministerios litúrgicos en la misa. Este grupo tiene una reunión al mes para revisar las visitas que se realizan a los enfermos que lo solicitan, y también de formación. A lo largo del año  organizan para la parroquia una charla sobre un tema de la salud y participan en la organización de la misa de la unción de los enfermos comunitaria en Pascua. 

lunes, 14 de febrero de 2011

14 DE FEBRERO: FIESTA DE SAN CIRILO Y SAN METODIO, PATRONOS DE EUROPA



SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA FIESTA
De la Vida eslava de Constantino Cirilo

(Cap 18: Denkschriften der käiserl. Akademie der Wissenschaften 19, Viena 1870, p 246)
Cargado de trabajos, Constantino Cirilo cayó enfermo; estuvo muchos días con fiebre y un día tuvo una visión de Dios y empezó a cantar así:


«Qué alegría cuando me dijeron: `Vamos a la casa del Señor´; se regocijan mi corazón y mi espíritu.»
Revestido de sus ornamentos, se pasó todo aquel día lleno de contento, diciendo:
«Desde ahora ya no soy siervo ni del emperador ni de hombre alguno sobre la tierra, sino sólo de Dios todopoderoso. Primero no existía, luego existí, y existiré para siempre. Amén.»
Al día siguiente se vistió con el santo hábito monástico y, como quien añade luz a la luz, se impuso el nombre de Cirilo. Permaneció con este hábito durante cincuenta días.
Llegada la hora de recibir el merecido descanso y emigrar a las moradas eternas, levantó las manos hacia Dios, diciendo entre sollozos:
«Señor Dios mío, que creaste todas las jerarquías angélicas y las potestades incorpóreas, desplegaste el cielo y afirmaste la tierra y trajiste todas las cosas de la inexistencia a la existencia, que escuchas continuamente a los que hacen tu voluntad, te temen y guardan tus preceptos: escucha mi oración y guarda a tu fiel rebaño, que encomendaste a este tu siervo inepto e indigno.
Líbralos de la impiedad y del paganismo de los que blasfeman contra ti, acrecienta tu Iglesia y reúne a todos sus miembros en la unidad. Haz que tu pueblo viva concorde en la verdadera fe, e inspírale la palabra de tu doctrina, pues tuyo es el don que nos diste para que predicáramos el Evangelio de tu Cristo, exhortándonos a hacer buenas obras que fueran de tu agrado. Te devuelvo como tuyos a los que me diste; dirígelos con tu poderosa diestra y guárdalos bajo la sombra de tus alas, para que todos alaben y glorifiquen el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»
Y, besando a todos con el ósculo santo, dijo:
«Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes; hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador; la trampa se rompió, y escapamos.»
Y con esto se durmió en el Señor. Tenía cuarenta y dos años de edad.
El papa ordenó que todos los griegos residentes en Roma, así como los romanos, asistieran con cirios al funeral de aquel santo varón, y que lo hicieran como si del mismo papa se tratase.

ORACIÓN
Oh Dios, que iluminaste a los pueblos eslavos mediante los trabajos apostólicos de los santos hermanos Cirilo y Metodio, concédenos la gracia de aceptar tu palabra y de llegar a formar un pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 8 de febrero de 2011

8 DE FEBRERO: MEMORIA LIBRE DE SANTA JOSEFINA BAKHITA, VIRGEN

Josefina Bakhita, una santa sudanesa

Josefina Bakhita
Josefina Bakhita, (Darfur, Sudán, 1869 - Schio, Italia, 1947)
© afrol News
afrol News 
"Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido ésto, ahora no sería cristiana y religiosa".
El 1 de octubre del año 2000 la Iglesia Católica y, en especial, los católicos africanos, se enriquecieron con la proclamación de una nueva santa. Josefina Bakhita, nacida en Darfur (Sudán) en 1869 y fallecida en Schio (Italia) el 8 de febrero de 1947, fue canonizada en el Vaticano por el papa, que se refirió a ella Nuestra Hermana Universal. Esta mujer, extraordinariamente fuerte transformó su vida desde una esclavitud vejatoria hasta convertirse en un símbolo para las mujeres y los católicos africanos.

Bakhita es la primera persona de Sudán que ha llegado a ser canonizada en incluso beatificada. Es la primera africana canonizada desde los primeros siglos del cristianismo, cuando muchos norteafricanos (el norte de África era uno de los principales centros del cristianosmo antes de convertirse al Islam) fueron canonizados. Bakhita ya ha sido un símbolo de fé y unidad para los cristianos en la larga guerra que sufre el país de Sudán y el 8 de febrero se celebra su culto en todo el país.
Su canonización ha representado un gran motivo de orgullo para la comunidad cristiana de Sudán. Por ello, en la celebración de esta decisión histórica tomada por la iglesia católica, Afrol.com presenta una breve biografía de la vida de esta gran y fuerte mujer sudanesa.

Infancia
El nombre real de Bakhita no se conoce, al igual que tampoco se sabe la fecha exacta de su nacimiento, pero se cree que venía del pequeño pueblo de Olgossa en Darfur, al sur del actual Sudán, y se habla de 1869 como año de su nacimiento. Allí creció junto a sus padres, sus tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su propia gemela.
Siendo todavía una pequeña niña, sufrió un acontecimiento que la marcaría para el resto de su vida. Mientras ayudaba a sus padres en el campo, Olgossa fue atacada por negreros en busca de esclavos y su hermana, que se encontraba en casa cuidando al más pequeño de la familia, fue capturada. Más tarde, en su biografía, Bakhita escribirá: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos".
Mientras los imperios ya establecidos proporcionaban protección ante la esclavitud, toda la zona de Sudán constituía una fuente de recursos para capturar esclavos. El comercio de esclavos en esta época se había cambiado desde el mercado americano (la esclavitud al otro lado del atlántico había sido abolida) al mercado árabe en el norte y la esclavitud interior en los imperios africanos. Darfur pertenecía al dominio británico-egipcio de Sudán, donde el comercio de esclavos había sido prohibido en 1856. El comercio, en cualquier caso, no era controlado por el gobierno y fuera de los centros coloniales, los únicos sitios con una fuerte presencia de europeos, la trata de esclavos se mantuvo durante verias décadas más. Sólo después de la ocupación efectiva del interior de Sudán, a principios del s.XX, la práctica de venta de esclavos fue poco a poco abolida. La esclavitud, en otras formas, ha continuado hata nuestros días.
Bakhita relata sobre su propio encuentro con estos buscadores de esclavos.
"Tenía aproximadamente nueve años cuando, una mañana, caminaba por los campos, un poco lejos de casa, con una amiga. Repentinamente, vimos a dos extranjeros aparecer tras unos arbustos. Uno de ellos le dijo a mi compañera: 'Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tu puedes continuar tu camino. Te alcanzaremos dentro de poco'. Su objetivo era alejar a mi amiga para que no pudiese dar la alarma mientras ellos me capturaban".
"Yo, por supuesto, no podía sospechar nada y obedecí, tal y como hacía siempre con mi madre. Una vez que estaba en el bosque, ví a las dos personas detrás de mí. Uno de ellos me agarró fuertemente, mientras el otro sacó un cuchillo con el que me amenazaba. Gritándome, me dijo: 'Si gritas, morirás. Síguenos'"
Bakhita significa "afortunada", un nombre que le dieron los mismos buscadores de esclavos que la secuestraron cuando tenía nueve años y la separaron para siempre de su familia y de su pequeño pueblo. La niña estaba tan traumatizada por la experiencia que le fue imposible recirdar su verdadero nombre. Los secuestradores advirtieron rápidamente su especial carisma y eligieron para ella el nombre de Bakhita.

En esclavitud
Bakhita fue llevada hasta la ciudad de El Obeid, en la región de Kordofan, donde fue utilizada como esclava por los mismos comerciantes de esclavos árabes que la habían secuestrado. Su venta se realizó muy pronto. En total, fue objeto de este comercio cinco veces, pasando a cinco distintos amos a través de los mercados de esclavos de El Obeid y Jartum, la capital de la colonia. Intentó escapar varias veces, pero no lo consiguió. En concreto, su cuarto amo, en Jartum, fue quien le hizo sufrir las peores humillaciones y torturas. Sus peores recuerdos se remontan a la edad de 13 años, cuando fue tatuada. Le realizaron 114 incisiones en su cuerpo y durante un mes le colocaban sal para evitar las infecciones. "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal", escribe Bakhita en su biografía.
Su quinto y último amo fue el cónsul y comerciante italiano Calixto Leganini. Leganini compró a Bakhita en el mercado de Jartum en 1882 y, por primera vez, fue tratada bien. "Esta vez fuí realmente afortunada - escribe Bakhita - porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".
Al llegar las tropas mahdis a Jartum en 1884 y expulsar a los colonialistas británico-egipcios, Laganini se vió obligado, junto a otros muchos europeos, a abandonar Sudán. Bakhita se negaba a abandonar a su patrón y, tras muchas súplicas e insistencia, consiguió viajar, junto a su patrón y su amigo Augusto Michieli, a Italia.
Al llegar a Italia, la esposa de Michieli les esparaba. Esperando la llegada de varios esclavos, la señora Michieli exigió obtener uno de ellos y se le entregó a Bakhita. Así, Bakhita siguió a su nueva "familia" a Ziango, un pequeño pueblo en la zona de Venecia. Durante los tres años que vivió con la familia Michieli, Bakhita trabajó como niñera y amiga de su hija Minnina. Pero, en 1888, la familia compró un hotel en Suakin, la costa sudanesa del Mar Rojo y la señora Michieli siguió a su marido para ayudarle en el negocio hotelero. Bakhita decidió permanecer en Italia.

La conversión a la religión
Después de haber sido aconsejadas por la orden de las Hermanas de Canossa de Venecia, Bakhita y Mimmina, la hija de los Michieli, ingresaron en el noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. La congregación fue fundada en 1808 por la hermana Magdalena Gabriela di Canossa, que le dió el nombre de Instituto de las Hermanas de la Caridad, pero normalmente se conocen como las Hermanas de Canossa. Allí Bakhita se dedicó a educar a niñas pobres, servir en hospitales y enseñar la catequesis en las parroquias.
Aquí, en el Instituto, aprendió a conocer al Dios de los cristianos y en ese momento reconoció que Dios "había permanecido en su corazón", desde que había sido niña y que le dió fuerzas para soportar la esclavitud, "pero no sabía quien era hasta este momento". Fue bautizada el 9 de enero de 1890 y recibió, al mismo tiempo, su primera comunión y confirmación por el cardenal de Venecia. En este momento, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.
Se dice que Bakhita tuvo problemas para expresar su gozo. Pero el regocijo que experimentó a través de su religión fue a veces observado, como en el momento de su bautismo, en el que manifestó: "¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de Dios!". En su biografía cuenta que, cada día que permaneció en el Instituto, llegó a ser más y más consciente de quien era este Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".
Cuando la señora Michieli volvió de Sudán quería llevarse consigo a su hija y a Bakhita de nuevo a África. Pero, con una impresionante fuerza y coraje, Bakhita dijo que no iría y que prefería servir a su Dios junto a las Hermanas de Canossa. Se dice que la respuesta enfureció a la señora Michieli y que insistió en que Bakhita fuese con ellos. De todos modos, la responsable del Instituto contactó al cardenal y al gobernador, quienes declararon que, desde qie la esclavitud era ilegal en Italia, Bakhita era libre de tomar sus propias decisiones y llevarlas a cabo. Así, permaneció en el Instituto y pronto su vocación la llevó a convertirse en una hermana de la orden. Lo consiguió el 7 de diciembre de 1893, a la edad de 38 años.

Bakhita, la monja
Los siguientes 50 años de su vida fue monja. En 1902 fue trasladada de Venecia a Schio, en el norte de Italia, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. En poco tiempo consiguió la reputación de ser una santa. En cualquier caso, no fue conocida por realizar milagros ni fenómenos sobrenaturales. Ella es conocida por haber sido modesta y humilde, manteniendo la fé en su interior, espiritualmente, y cumpliendo cada día las rutinas diarias.
Es un gran trabajo para ella cuando le ordenan escribir su autobiografía y viajar para contar la increíble historia de su vida. Comienza sus memorias en 1910 y finalmente fueron publicadas en 1930. En 1929 se le ordenó ir a Venecia y empezar a contar sus experiencias. Después de que se publicase su biografía, Bakhita se convirtió en una gran personalidad en toda Italia y se vió obligada a viajar por todo el país para dar conferencias y recoger dinero para la orden.
En sus últimos años, la salud de Bakhita era cada vez más débil y se vió obligada a postrarse en una silla de ruedas. Pero, no obstante, continuó viajando y representando un modelo de caridad, aunque sus últimos a¨nos estuviesen marcados por el dolor y la enfermedad. En medio de su sufrimiento, volvió a recordar sus terribles experiencias como esclava de nuevo, y se sabe que decía a la enfermera que la cuidaba en sus últimso momentos: "¡Por favor, desatadme las cadenas...es demasiado!" Cuando murió el 8 de febrero de 1947 en Schio, sus últimas palabras fueron tan sólo "Madonna! Madonna!"
Su cuerpo fue expuesto para ser velado durante tres días. Miles de personas acudieron para expresarle su respeto y admiración. LLegó a ser famosa por su caridad y piedad por todo el país. La afectada multitud contó que sus articulaciones continuaban calientes a lo largo de estos tres días y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos para que les otorgase la salvación. Su reputación como una santa se ha consolidado. Josefina ha sido recordada y respetada como nostra Madre Moretta, en Schio.

De esclava a santa
Ya que el pueblo la había santificado, en 1959, doce años después de su muerte, la diócesis local comenzó las investigaciones para encontrar venerable a Bakhita. Las investigaciones resultaron positivas y fue declarada Venerable el 1 de diciembre de 1978. Así, el proceso para declararla santa pudo comenzar y el 17 de mayo de 1992 fue beatificada. Se declaró el 8 de febrero como el día oficil de su culto.
En el momento de su beatificación, el Papa Juan Pablo II alabó a la nueva santa por "transmitirnos un mensaje de reconciliación y misericordia en un mundo tan dividido y herido por el odio y la violencia. Ella misma, que fue víctima de una de las peores injusticias de todos los tiempos, como es la esclavitud, llegó a declarar: 'Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no huniese sucedido ésto, ahora no sería cristiana y religiosa'.
El 1 de octubre del 2000 fue canonizada, o proclamada santa, por la Iglesia católica. Para los católicos africanos el hecho representa todo un símbolo que era necesario desde hacía tiempo para honorar a los cristianos y a las mujeres africanas contra la brutalidad de la esclavitud, en la sociedad católica estuvo involucrada.
Verdaderamente, Bakhita es la santa africana y la historia de su vida es la historia de un continente, válida para los católicos, protestantes, musulmanes o seguidores de cualquier otro tipo de religión tradicional. Su espiritualidad y fuerza la han convertida en Nuestra Hermana Universal, como la llamó el Papa.

lunes, 7 de febrero de 2011

viernes, 4 de febrero de 2011

MISA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN ARES

El dos de febrero se celebró en la parroquia de san José de Ares la misa solemne de la Presentación del Señor; en ella cantó el coro parroquial. Al final de la eucaristía tuvo lugar la bendición de los niños. (Fotos: María Eugenia)










En el siguiente vídeo vemos el momento de la bendición de los niños