Hoy comenzamos en la Parroquia de san José de Ares el Tríduo en honor al Apóstol Santiago, que consiste en la celebración de las Primeras Vísperas del Apóstol, que rezaremos hoy, mañana y pasado. Dejamos el texto para los que quieran hacer el Tríduo también.
† (se hace la señal de la cruz mientras se dice:) V/. -Dios mío, ven en mi auxilio. R/. -Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya |
Himno
Pues que siempre tan amado fuiste de nuestro Señor, Santiago, apóstol sagrado, sé hoy nuestro protector. Si con tu padre y con Juan pescabas en Galilea, Cristo cambió tu tarea por el misionero afán. A ser de su apostolado pasas desde pescador: Por el hervor del gran celo que tu corazón quemaba, cuando Cristo predicaba aquí su reino del cielo, "Hijo del trueno" llamado fuiste por el Salvador. Al ser por Cristo elegido, por él fuiste consolado, viéndole transfigurado, de nieve y de sol vestido y por el Padre aclamado en la cumbre del Tabor. Cuando el primero a su lado en el reino quieres ser, Cristo te invita a beber su cáliz acibarado; y tú, el primero, has sellado con tu martirio el amor. En Judea y Samaría al principio predicaste, después a España llegaste, el Espíritu por guía, y la verdad has plantado donde reinaba el error. |
Primer Salmo Salmo 116
| Segundo Salmo Salmo 147
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Cántico del NT
Efesios 1, 3-10
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Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. |
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Lectura y Responsorio breve
1Co 4,15 Tendréis mil tutores en Cristo, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús. |
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Cantico Evangélico
Cántico de María
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†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. |
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Preces y Padrenuestro
Preces
Oremos, hermanos, a Dios, nuestro Padre, y pidámosle que, por intercesión del apóstol Santiago, proteja a nuestra nación y bendiga a todos los hombres; digamos: Acuérdate, Señor, de tu pueblo - Padre Santo, tú que dispusiste que nuestra nación fuera protegida por el apóstol Santiago, concede a cuantos en ella moran ser fieles a su mensaje evangélico. - Padre santo, bendice a la Conferencia episcopal de nuestra nación y derrama tu Espíritu sobre nuestros obispos, para que con celo propaguen el mensaje apostólico. - Padre Santo, haz que nuestros gobernantes y cuantos les asisten gobiernen con rectitud y trabajen para el bien de todos. - Padre Santo, derrama tu Espíritu sobre nuestro pueblo, para que todos vivamos en mutua comprensión y cumplamos con lealtad nuestros deberes cívicos. (Se pueden añadir aquí intenciones particulares) - Padre Santo, que quisiste que el apóstol Santiago fuera el primero, entre los apóstoles, en gozar del reino de tu Hijo resucitado, concede a nuestros difuntos participar en esta misma gloria. Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que Cristo nos enseñó:
Oración
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