Reproducimos a continuación una noticia de la Agencia FIDES de inicios de esta semana:
Nagoya (Agencia Fides) – Mañana, 13 de marzo, Cáritas Japón en todas las iglesias niponas, pondrá en marcha una campaña de solidaridad en favor de las víctimas del terremoto y del tsunami que ha azotado el norte de Japón. La iniciativa también verá involucradas escuelas, asociaciones e instituciones católicas, con la intención de recaudar fondos para ayudar a las personas desplazadas: el Padre Daisuke Naru, Director Ejecutivo de Caritas Japón lo anuncia a Fides.
El Director señala: "Nuestra tarea es mostrar el amor y la solidaridad, en especial hacia las categorias más vulnerables, como los inmigrantes, los ancianos, las personas sin hogar. Vamos a trabajar junto con otres ONG. En este momento estamos llamados a dar testimonio de unidad y a estar cerca de todo ser humano que sufre. Ya sabemos que la respuesta a nuestro llamamiento de los fieles va a ser muy generosa”.
Trazando el marco de la situación, p. Naru explica a Fides: "Es un desastre terrible, uno de los más fuertes en la historia del país. La zona más afectada es la del Norte, los muertos ya han superado los mil, hay cientos de víctimas y de personas desplazadas internamente”. Caritas se ha movilizado inmediatamente después de la tragedia: "Nada más suceder el terremoto y el tsunami, hemos organizado una reunión de emergencia por teleconferencia. La prioridad ahora es reunir información sobre las zonas afectadas, pero es difícil porque las líneas eléctricas y telefónicas siguen rotas. La diócesis más afectada es la de Sendai, pero no hemos recibido noticias del Director de la Caritas diocesana, y esto nos causa gran preocupación. Por eso estamos estudiando la posibilidad de una misión allí, en el lugar”, dice el P. Narui.
Al reflexionar sobre las consecuencias de la tragedia, el sacerdote explica: "Creo que en el Japón de hoy, marcado por la crisis económica, golpeado por el fenómeno social de la depresión y del suicidio, este doloroso acontecimiento puede ser una oportunidad para difundir los valores del Evangelio, es decir la hermandad de todos los hombres, la construcción del bien común, el reconociendo de que toda persona tiene dignidad de hijo de Dios y es importante a los ojos de Dios. Si, con nuestro trabajo y nuestro testimonio, seremos capaces de comunicar esto, entonces de este mal podrá nacer algo bueno”. (PA) (Agencia Fides 12/3/2011)
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