lunes, 19 de octubre de 2009

ARTÍCULO PARA LA REFLEXIÓN DE WWW.RELIGIONENLIBERTAD: "LA EVIDENTE Y TRISTEMENTE DESAPROVECHADA CAPACIDAD DE MOVILIZACIÓN DE LA IGLESIA"



LA EVIDENTE Y TRISTEMENTE DESAPROVECHADA CAPACIDAD DE MOVILIZACIÓN DE LA IGLESIA
18 DE OCTUBRE DE 2009
POR JOSÉ ALBERTO BARRERA EN WWW.RELIGIONENLIBERTAD.COM




Me congratulo con los organizadores de la manifestación de ayer en Madrid a favor de la vida, la cual fue emocionante de principio a fin por lo que se proclamó de palabra y obra, y por la cantidad de gente que había en ella.
Supongo que todo el mundo estará de acuerdo con que la mayor parte de la gente que acudió, lo hacía motivada por el hecho de ser cristianos. Se animó a la asistencia en diócesis, parroquias y grupos, a lo largo y ancho de toda España.
Tras unas semanitas de intenso debate y cuestionamiento acerca de la manifestación, debate al que no tengo nada que aportar, me quedo con el dato de la notable asistencia a la misma.
En las catequesis del Camino Neocatecumenal, se explica cómo en España hay una mayoría de católicos nominales por estar bautizados (90%) , de los cuales sólo un 15% van a misa los domingos, y un exiguo 1% lo hacen a diario.
Esto significa que si en España somos alrededor de 46 millones de personas, casi 8 millones van a Misa. Si en la manifestación de ayer hubo dos millones de personas, como se dijo por la organización, se desprende que la movilización ha sido tal que en un solo punto de España se ha reunido el 25% de las personas que van a misa en este país.
Aunque la convocatoria no provenga de la Iglesia, sino de las asociaciones provida, no creo que sea faltar al rigor decir que la capacidad de movilización de los cristianos en España es impresionante cuando se trata de cuestiones tan fundamentales como es el derecho a la vida.
Otros eventos, como la visita de Juan Pablo II a España en Cuatro Vientos en el 2003, o las Jornadas Mundiales de la Juventud, demuestran que efectivamente la Iglesia tiene tirón y capacidad de convocatoria.
Con todo y con esto, mucho me temo que si la Iglesia llamara a una movilización menos multitudinaria y más trabajosa, como es la evangelización, la aceptación y seguimiento de la misma, sería mucho menor. Llámese Nueva Evangelización (Europa), Misión Continental (Latinoamérica), Misión Joven (Madrid) o lo que se quiera. El hecho es que en estos menesteres nos las vemos y las deseamos para encontrar gente dispuesta a dar el callo en el día a día.
Y extrañamente la Iglesia se conforma con los grandes titulares que generan los encuentros y vigilias que con motivo de estas grandes iniciativas se realizan, a los cuales acuden por devoción, obligación o interés unos cuantos miles de personas, pero que nunca se traducen en iniciativas sólidas, más allá de los fuegos artificiales de uno o dos encuentros inspiradores.
Por eso me declaro un admirador del Camino Neocatecumenal, porque tienen muy claro que, como su nombre indica, esto de ser cristiano conlleva un camino, en el que hay que trabajar semanalmente durante años, y que se traduce en un envío misionero.
No nos quedemos con el titular de que el Camino envía 100 familias a evangelizar, o que 40.000 jóvenes neocatecumentales se reúnen en Amsterdam. La verdadera noticia es que todas las semanas un millón de neocatecumentales se reúnen en todo el mundo, para caminar y que de ahí brota su impulso evangelizador, que les lleva a llamar a las puertas de sus vecinos los domingos.
Volviendo al tema que nos ocupaba, creo que a la Iglesia en general le falta una conciencia clara de la necesidad de trabajar pastoralmente de una manera distinta, pues está demasiado anquilosada en una pastoral de mantenimiento.
En la Iglesia española ocho millones de personas se reúnen todos los domingos, pero mucho me temo que este ejército de personas no está precisamente en orden de batalla, dispuestos a evangelizar y dejarse la vida en ello.
Lo que manifestaciones como la de ayer demuestran, es que la gente responde si se les presenta adecuadamente la gravedad de un asunto y la necesidad de su presencia. No miremos a la supuesta tibieza de la gente, preguntémonos si en realidad les estamos dirigiendo adecuadamente hacia donde hay que ir.
La Iglesia tiene parroquias, colegios, residencias y hospitales, a cientos. La gente está ahí, y con cosas como la de ayer, tenemos que ser positivos y mirar esperanzados a una realidad que tiene un enorme peso en la sociedad española.
La gente la tenemos, lo que no tengo tan claro es que hayamos captado su interés, ni que les hayamos inspirado para dar lo mejor de sí mismos, por lo menos en todo lo referente a la evangelización de esta sociedad.
Por eso se me hace evidente y triste a la vez, la enorme capacidad de movilización de esta Iglesia que en España y en Occidente mengua a marchas forzadas, sin que nadie parezca saber cómo remediarlo.

NOTA: El artículo es para hacer pensar y reflexionar; no quiere decir que yo comparta todos los planteamientos o admiraciones del autor al publicarlo aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con su comentario y me agrado bastante la manifestacion ya que esto nos ayuda a defender la vida