(Monjes benedictinos de Solesmes)
Reproducimos a continuación un texto de la Abadía benedictina de San Pedro de Solesmes (Francia):
BUSCAR A DIOS
BUSCAR A DIOS
La gracia del bautismo hace de nosotros hijos de Dios, a la imitación de Cristo. Y, bajo la acción del Espíritu Santo que habita en todo bautizado, la fe y el amor van a transformar progresivamente nuestra vida natural; vamos a mirar a Dios y al mundo con ojos nuevos, a semblanza de Cristo, Hijo único del Padre.
A quien Dios llama a la vida monástica se siente atraído por este descubrimiento misterioso de Dios; comprende que es el valor supremo, la perla preciosa a la adquisición de la cual se debe subordinar todo, porque ella le traerá la plenitud de la vida y de la sabiduría.
San Benito resume este programa con la expresión buscar a Dios y pide que se verifique con cuidado que tal sea el propósito del candidato.
Escuchémoslo en el Prólogo de su Regla:
«La voz de Dios nos grita cada día: Corred, mientras tengáis la luz de la vida, por miedo de que las tinieblas no os sorprendan! Y el Señor, buscando su obrero entre la muchedumbre a quien lanza estas llamadas, sigue: ¿Quién es el hombre que desea la vida y quiere ver días felices? Si, habiendo oído, contestas, ¡Yo! Dios te dice: ¿Quieres poseer la vida verdadera, la vida eterna? Entonces, guarda tu lengua del mal y haz el bien; busca la paz y persíguela...¡ Mira con qué ternura el Señor nos indica el camino de la vida!»
«Dios busca al hombre, comenta Dom Delatte y a su vez, el hombre debe buscar a Dios. No se hace otra cosa en la vida monástica».
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