Galicia dispone de sólo 353 plazas para más de cuatro mil sin techo
Ninguna de ellas es pública y asociaciones u órdenes religiosas asumen su gestión ·· El perfil de los candidatos es el de un varón entre 34 y 51 años
Galicia cuenta con sólo 353 plazas en centros de inclusión, pisos de acogida y albergues para las más de 4.000 personas sin techo que viven en la comunidad, y ninguna de estas plazas es pública, sino que pertenecen a centros gestionados por asociaciones, fundaciones u órdenes religiosas, según datos de la Vicepresidencia de la Xunta.
La provincia que cuenta con más plazas en este tipo de centros asistenciales es A Coruña, donde hay ocho centros o pisos de acogida, un albergue y varias cocinas económicas y comedores sociales, repartidos entre las ciudades de A Coruña, Santiago y Ferrol. En la provincia de Pontevedra, todos los recursos están en la ciudad de Vigo (70 plazas), mientras que Ourense y Lugo cuentan con sendos centros de acogida de 46 y 20 plazas, respectivamente.
Sin embargo, la cifra de personas que viven en la calle en Galicia manejadas por las diferentes asociaciones y colectivos asistenciales superan las 4.000, tal y como explica el coordinador de programas de salud y convivencia de la Unidad Asistencial de Drogodependencia del Ayuntamiento de Vigo (Cedro), Antón Bouzas. No obstante, Bouzas insiste en que no es un número definitivo ya que se trata de una "población oculta" porque "no está registrada en ningún sitio y no interesa que sea visible".
Bouzas considera que ser un sin techo "es la peor enfermedad que se puede padecer", y lamentó que las políticas públicas de integración "excluyen" a este tipo de personas que, por otra parte, "son una población no organizada, que no protesta ni se queja".
Enfermos y con drogadictos
El perfil de las personas sin techo que viven en Galicia es el de un hombre, de entre 34 y 51 años, con estudios primarios, que padece algún tipo de enfermedad, con adicciones a diversas drogas, que se concentran en las grandes ciudades, en cascos históricos y en zonas del rural degradadas. "Normalmente llegan a la calle por problemas con la droga, suelen tener antecedentes penales o, simplemente, están enfermos y sus familias han claudicado porque no pueden atenderlos", explica Bouzas.
MIEDO A PERDER SU RINCÓN EN LA CALLE
Servicios de carácter temporal
Para el educador social Antón Bouzas, la atención a los sin techo pasa por la apertura de albergues y centros públicos "sin límite de tiempo ni condiciones que limiten el acceso", así como protocolos de actuación terapéutica y médica. Además, reclama un plan de realojos en viviendas de alquiler para estas personas.
Bouzas considera que hablar de integración es "la gran mentira", cuando las instituciones no ponen los mecanismos para que los sin techo adquieran habilidades y puedan empezar a trabajar o a vivir dentro de la normalidad. De hecho, asegura que muchos renuncian a acudir a centros de atención porque sus servicios son temporales y "pierden su lugar de dormir en la calle" .
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