Miércoles, 16 jul (RV).- Benedicto XVI se ha despedido hoy del Centro de estudios de la localidad de las Montañas Azules, donde ha permanecido de forma privada desde su llegada a Australia, el pasado domingo. Y se ha trasladado a la Casa Catedral de Sydney, residencia del Arzobispo, cardenal Pell, que será también la residencia pontificia de la segunda parte de su Viaje Apostólico, con motivo de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud.
A lo largo del recorrido hasta la Catedral de Santa María, que ha realizado en automóvil, el Santo Padre ha sido saludado con grandes manifestaciones de afecto y alegría por parte de miles de personas, en gran parte jóvenes peregrinos. Mientras, crece la expectación y el entusiasmo, esperando el día de mañana, jueves 17 de julio, cuando - además de la bienvenida oficial y de sus encuentros con las autoridades australianas - será el día de su primer encuentro con los jóvenes de todo el mundo.
Hoy, antes de dejar el centro de estudios del Opus Dei, el Santo Padre ha celebrado la Misa en la capilla de esta residencia y ha bendecido la primera piedra de un nuevo edificio, que acogerá la formación de jóvenes.
«Se ha organizado la oportunidad de hacerle conocer las bellezas de la flora y fauna de Australia», decía en su día, el Coordinador de estas Jornadas, Mons. Anthony Fischer, refiriéndose a estos primeros días de estancia del Santo Padre en esta nación. Y así ha sido hoy, cuando un grupo de trabajadores del jardín zoológico de Sydney se desplazó al Centro de estudios de Kenthurst llevando algunos cachorros de animales característicos de esta tierra. Le fueron presentando a Benedicto XVI algunos cachorritos de canguro, koala, serpiente, cocodrilo y papagayo. Siguiendo estas ‘presentaciones’ con mucho interés y sonrisas, el Papa fue acariciando a los cachorros. Como recuerdo de este simpático momento, se le regaló al Pontífice un koala de peluche.
(Radio Vaticano)
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