Padre Nuestro,
te consagramos la Jornada Mundial de la Juventud
en Sydney en el 2008.
Guía y protege al Santo Padre, el Papa Benedicto
y a todos los líderes de la Iglesia.
Inspira y dirige a todos aquellos que planean
y lideran la Jornada Mundial de la Juventud.
Únelos y protégelos con el amor de tu abrazo paternal.
Amén
Señor Nuestro Jesucristo,
antes de tu ascensión hacia el Padre, prometiste enviar a Tu Espíritu Santo para que pudiéramos ser tus testigos hacia los confines del mundo.
Bendice y multiplica los esfuerzos de todos nuestros
empleados y voluntarios.
Ayúdanos a levantar nuestra cruz para poder seguirte
bajo la señal celestial de la Cruz del Sur.
Amén
Espíritu Santo,
derrama tu gracia sobre esta Tierra Austral del Espíritu Santo y concédenos un Nuevo Pentecostés.
Haz de esta tierra un lugar genuino de bienvenida
a la juventud del mundo.
Concede a esos jóvenes que vengan una conversión en su vida, una fe más profunda y amor hacia todos.
Permíteles construir una nueva civilización de vida, amor y verdad.
Haz que sean auténticos testigos de tu poder y tu gracia.
Amén
Nuestra Señora de la Cruz del Sur, Ayuda de los Cristianos,
ruega por nosotros.
Beata Mary MacKillop,
ruega por nosotros.
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